ALGUNAS
RECOMENDACIONES PARA QUIENES TIENEN LA GRAN RESPONSABILIDAD DE CONDUCIR UN
ENCUENTRO DEPORTIVO
Un artículo publicado por José Borda
en la Revista Digital ENTRENABASKET edición 104 habla sobre la importancia en
la labor arbitral el hecho de reconocer el error y pedir disculpas es más
positivo de lo que se cree, y que con esa acción se puede revertir un error y
ayudar a los árbitros/jueces a seguir
adelante sin resentimientos.
Nadie es perfecto, todos cometemos
fallas, las excusas sinceras hacen posible que las relaciones continúen.
Se sabe que para los silbatos no es
una tarea fácil porque la mayoría asume que si lo hacen pierden autoridad, sin
embargo, la experiencia demuestra que es mucho más rentable y productivo asumir
la responsabilidad de los actos y admitirlo ante los jugadores.
SIGNIFICADO
REAL
Ofrecer disculpas es una habilidad que
no siempre significa que el silbato está mal y el jugador está bien, solo
quiere decir que cuando el árbitro lo hace respeta más la relación que tiene
con los jugadores y aficionados que a su propio ego.
Este gesto refuerza su liderazgo y su
honorabilidad, por eso es necesario que reconozca que se ha equivocado y lo
haga de forma sincera, desde la posición de que cualquiera puede errar en algún
momento por el hecho de ser humano.
PUNTO
DE INFLEXIÓN
La credibilidad de los árbitros junto
a la calidad en las relaciones y el trato justo, se convierten entonces en los
factores principales de fidelización de los verdaderos profesionales en el
juzgamiento deportivo.
Esto también implica empatía para
entender cómo una decisión apresurada o equivocada afecta a un equipo o
deportista y un punto de inflexión a partir del cual el árbitro se compromete a
no volver a incurrir en esa posible falta; ofrecer disculpas empieza con un
paso, el de la autocrítica, la reflexión previa sobre lo que se está haciendo y
sobre lo que ha motivado el error o el desatino.
COMO
DISCULPARSE
Se acabó la época de los árbitros
Infalibles llenos de egos, en la actualidad se requieren profesionales que
asuman la posibilidad del error y que sean capaces de excusarse cuando lo
cometen, claro, teniendo en cuenta que en un partido esta acción se haga una o
dos incluso hasta tres veces, cuando son más es conveniente revisar las
decisiones que se están tomando.
Esa vulnerabilidad reconocida
posibilita el mejoramiento y genera cercanía, confianza y ejemplo con quienes
están alrededor de un encuentro deportivo. No se debe olvidar que la disculpa
se cierra con una promesa de cambio de actitud, una solución al problema que se
ha creado, es decir, demostrar que no volverá a ocurrir.
FRASES
MÁGICAS
La disculpa debe venir desde el yo,
nunca desde el tú, “siento que te hayas podido sentir mal por mi culpa”, “me he
equivocado en esta decisión”, “he cometido un error”.
De esta manera eliminamos cualquier
atisbo de ataque que pueda sentir el o los jugadores si intentamos justificar
nuestra propia actitud en función de su reacción; la frase “me he equivocado,
usted tiene razón” tiene una capacidad enorme para liberar tensiones, son
palabras mágicas que incitan al deportista a aceptar las disculpas y a
reconocer automáticamente su parte en el error.
Prof. Eduardo Espinoza Troncoso (Juez continental de Canotaje de
Velocidad)
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